Bianca verteld hieronder over de processierups.
En esta entrada del blog os quiero llevar al mundo de las orugas procesionarias del roble. ¿Y sabéis porqué? Pues, mientras los periódicos hoy día están llenos de noticias sobre el coronavirus, está occurriendo un desastre en silencio… Y es que la semana pasada las primeras pequeñas orugas salieron de sus huevitos.
Según el biólogo holandés Arnold van Vliet, las oruguitas son totalmente inofensivas porque nacen casi sin pocos pelos urticantes. Y son estos pelos urticantes los que causan, entre otras cosas, irritación de la piel. Entonces, en este momento podríamos concluir que no hay ningún problema. Pero justo ahora es importante tomar medidas contra estos animalitos encantadores, porque si no hacemos nada, formarán una plaga enorme con un efecto muy grande para la vida diaria.
En los años pasados la oruga ha causado muchos problemas en Holanda. Cada año había más gente que sufría irritación de la piel como dolor y picazón, o de problemas con la nariz, la garganta y las vías respiratorias. Parece que el problema aumenta porque el clima cambia. El habitát de esta oruga se está expandiendo hacia el norte de Europa, pero aquí no tiene depredadores naturales como en en sur de Europa.
Entonces, ¿qué podemos hacer ahora? Hay muchas medidas que se pueden tomar, pero ahora doy dos ejemplos que son favorables para el medio ambiente. Pero tened cuidado, quizás os mareáis al leer... Es posible eliminar las orugas con otro bichito: un tipo de gusanito que se introduce en la oruga.
Entra solo en la oruga procesionaria del roble, no en otros tipos de orugas. Cuando muchos gusanitos entran en la oruga, la oruga se muere. Otra solución es rociar las orugas con una mezcla de bacterias, pero en ese caso todos los tipos de orugas se mueren... Yo no sé cuál es la mejor opción, pero espero que este verano esas malditas criaturas nos dejen en paz.